lunes, octubre 29, 2007

Izquierda moderna...

En www.chilangospateticos.org se publicó recientemente el artículo '¿Una izquierda moderna para México?' en el que su autor, Juan García de Quevedo, reflexiona sobre la izquierda y la derecha reales que padecemos en este país. Primitivas, burdas, prosaicas. Fox, Espino y Abascal de un lado; López Obrador, Noroña y Encinas del otro. El autor finaliza su texto con la siguiente frase: '... comparto en mucho y con muchos las críticas a una izquierda que todavía no encuentra su discurso exacto, preciso, para llegar al corazón de las clases medias, pero también comparto con muchísimos el asombro ante una derecha política que no logró encontrar la puerta para salir del Medioevo y dejar su pequeño catecismo de certidumbres ideológicas'.
Sin embargo, el editor-coordinador y líder moral de los chilangos [cada vez más] patéticos resultó más papista que el papa y decidió presentar este texto -o de plano condicionar su lectura- con la siguiente introducción: 'Quizá el principal problema de la inteligencia mexicana sea su idolatría sistemática por lo que no somos: el sueño liberal se ha convertido ahora en el sueño socialdemócrata. Se imagina, una y otra vez, que podemos pertenecer al primer mundo y que las izquierdas deberían contribuir a ello 'modernizándose'. Las élites mediáticas y sus amanuenses han hecho de esta idea todo un discurso moralista legitimador del régimen de derecha. Como oportuna respuesta, reproducimos aquí un artículo de opinión que, bajo el título de 'Nuestra realidad', el autor publicó recientemente en el periódico Mural.'
O sea, que viva la izquierda salvaje, ya que no podemos aspirar a una verdaderamente moderna. Puta madre... quién nos manda ser un pueblo bárbaro y tan proclive a los caudillismos y cacicazgos, chingue a su madre la izquierda moderna, viva la izquierda bruta del PRD y sus líderes morales, muera el liberalismo, sólo la izquierda obradorista podrá salvarnos...

Poniatowska

A propósito del libro de Elvira Reyes [véase abajo], prologado por Elena Poniatowska, léase la siguiente nota de Beguina Giordano publicada en su blog pneumaticos.blogspot.com. Me extrañó la insistencia de Elvira en tratar de conseguir un prólogo de Poniatowska -el cual no conozco- para su libro, pero entiendo que a final de cuentas puede ser útil para que el libro se venda mejor...

La envidia del vientre
Beguina Giordano
La institución de un premio metálicamente relevante, dedicado a la periodista Elena Poniatowska, no parece revirar la violencia que llega por la envidia del vientre ni combatir la exclusión que genera la política masculina. El premio parece desarticulado de una propuesta de género, ya que no hay pruebas históricas de que la galo-mexicana se haya ocupado de la defensa auténtica de otras mujeres.
Elena es parte del sistema nacionalista de 'izquierda' que, entre las alternancias políticas, resulta una propuesta rancia, un radicalismo desinformado acerca de la defunción posmoderna de las ideologías. Una izquierda que juega al poder como cualquier sistema político, con la leve diferencia de autonombrarse vanguardia.
¿Que ella contribuye a los movimientos del pueblo? Con su periodismo egocéntrico, Poniatowska no muestra real interés en los protagonismos sociales. Igual que los personajes de las izquierdas tradicionales, Elena ve la historia social construida desde el caudillismo. Cárdenas, AMLO, Ebrard. Como muchos intelectuales, Elena se ha posicionado ante la opinión pública mediante su ardua contribución a edificar líderes poderosos que ahora le otorgan su cuota. [Véase http://www.jornada.unam.mx/2007/09/26/index.php?section=cultura&article=a06n1cul]
Aun cuando al premio se imprima la nota de género (la Feria del Zócalo en que se anuncia tendrá como tema lo femenino), la reafirmación de poderes que logra la autora no la coloca en el papel subversivo, propio del género sino en su contrario: el camino de la exclusión por privilegios genéticos, por raza. Por otra parte, mediante el nuevo premio, la autora -y sus promotores- refuerzan la tradición de laurear a la mujer que se alinea al sistema y no tolera ver a su lado a otras mujeres también escritoras o intelectuales. A ellas, las otras, las destituye de su posibilidad de ser grandes: las exhibe, las juzga públicamente, las mal prologa.
La exclusión es opuesta a las tareas de género. En Poniatowska la exclusión es otra forma de la envidia del vientre pero no a falta de hijos biológicos, sino a causa de sentir la amenaza de otros vientres tan o más poderosos que el que toma su orgullo del nombre y viejos linajes.

Festival de la ciudad Tj 07

Este miércoles 31 de octubre participaré en una mesa sobre... revistas culturales! Esta vez en Tijuana, en el Festival Tijuana 2007 organizado por el buen camarada Leobardo Sarabia. La cita es en el Palacio de la Cultura de Tijuana, en 'La hora de las revistas culturales'. Además de Un Servidor, por Replicante, estarán Juan Carlos Reyna con su Flor Caníbal y, según dice el programa, los editores de Luna Zero de Oaxaca (o será Luna Zeta?). Si andan por aquellos rumbos, allá los veo! [www.festivaltijuana.org]

Prostitución y derechos humanos

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A propósito de la aparición del libro de Elvira Reyes sobre su experiencia como trabajadora social del desaparecido CAIS, va este texto. Un fragmento de éste fue publicado en la contraportada del libro.

I. Hace ya varias décadas que el tiempo del mundo se dislocó -entonces los pensadores empezaron a hablar de la condición posmoderna. El trayecto histórico hacia el progreso, directo y sin sobresaltos, como lo quería el Occidente liberal tanto como el Oriente marxista, se convirtió en una confusa variedad de sinuosos caminos que se desparramaron en todas direcciones, muchas veces en sentido contrario, conduciéndonos sin escalas al pasado. Resurgieron con furia viejos nacionalismos, tradiciones y fundamentalismos religiosos y políticos.
En México el fenómeno afectó todas las esferas de la vida cotidiana pública y privada. En el ámbito de la política la regresión fue a un tiempo paradójica y absurda. Un candidato derechista con un discurso vehementemente democrático logra sacar al partido que había gobernado con poder omnímodo durante setenta años y en cuestión de meses despilfarra su prestigio al emprender el camino de regreso al autoritarismo, a las prácticas antidemocráticas y corruptas de sus antecesores. La otra cara de la moneda la ofrece un candidato populista con un discurso calcado de tesis nacionalistas de los años setenta. Al perder por escaso margen las elecciones presidenciales de 2006 alega un fraude imaginario y hace retroceder dos décadas el tambaleante camino a la democracia. Su discurso también es vehementemente democrático. Pero la democracia no existe, es tan sólo una noción saqueada, vaciada de contenido.
Valga esta introducción para hablar también de otro concepto usado por políticos que dicen defender los derechos humanos. Su discurso es, por supuesto, vehementemente democrático. Tienen oficinas espaciosas, choferes y salarios insultantes. Presiden instituciones burocráticas en las que privan jerarquías y privilegios a quienes las encabezan. Se codean con congresistas y desayunan con ellos en restaurantes de precios prohibitivos para los demás. Acaso de esa manera sea más fácil defender los derechos humanos.

II. Viene esto a colación por la feliz aparición de Gritos en el silencio: niñas y mujeres frente a redes de prostitución. Un revés para los derechos humanos, de Elvira Reyes Parra (Miguel Ángel Porrúa-Cámara de Diputados; prólogo de Elena Poniatowska) que trata de la prostitución, un problema complejo que no admite puntos de vista simples ni, menos aún, juicios morales. La persona que elige prostituirse para sobrevivir no lo hace libre de diversas consideraciones. Todo lo contrario, dice la autora, es una opción enmarcada en un entorno inmediato de pobreza, desempleo, violencia familiar y abandono social, extorsión y agresión policíacas, tráfico de drogas, corrupción y complicidad de funcionarios públicos y una vasta red de proxenetas: padrotes, madrotas, tratantes de blancas y lenones que controlan la mayor parte de las actividades relacionadas no sólo con la prostitución de mujeres y hombres adultos, sino también de adolescentes, niñas y niños.
La autora de Gritos en el silencio: niñas y mujeres frente a redes de prostitución. Un revés para los derechos humanos es una experimentada psicóloga y comprometida trabajadora social, ex empleada de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y despedida de esa institución por las razones que expone en este estudio. Una investigación a ras de tierra que denuncia a los que han solapado y permitido en nuestro país que miles de mujeres, hombres y niños sean explotados sexualmente, enriqueciéndose con su trabajo y abandonándolos más tarde a la peor de las suertes. Es también un llamado urgente sobre el constante peligro que corren los niños llamados 'de la calle' y los hijos de sexotrabajadoras expuestos a situaciones que hacen peligrar su sano crecimiento.
El subtítulo Un revés para los derechos humanos se explica porque, como se narra escrupulosamente, el presidente de la CDHDF, Emilio Álvarez Icaza, sucumbió cobardemente a las presiones y amenazas de lenones y madrotas de las zonas de La Merced, Tlalpan y la calle Sullivan para clausurar el Centro de Atención Integral y Servicios (CAIS), que dependía de esa institución, despojando de asistencia médica, psicológica, legal y educación en derechos humanos a decenas de sexoservidoras y de menores en riesgo de prostitución. Un proceder que ratificó la revictimización, la discriminación y la violencia que viven las mujeres y la infancia en México. ¿Verdadera defensa de los derechos humanos o pura y simple simulación? ¿Dónde está la vehemencia de su discurso a la hora de la verdad? Claro, las anónimas prostitutas no tienen el glamour de Lydia Cacho ni de la Reina del Pacífico.
Como ha ocurrido tantas veces en la historia de nuestro país, el discurso y la práctica están divorciados. La simulación debe denunciarse, como también se denuncia en este valioso estudio la extensa red del crimen organizado que atrapa a nuestras mujeres y a nuestra niñez. Si no, seguiremos recorriendo el camino hacia el pasado.

sábado, octubre 27, 2007

Palíndromo de Prado Galán

Querido amigo Rogelio:
Amena, inteligente y fresca tu crónica.
Aquí va este palíndromo, regalo para Rogelio Villarreal:
'Así Rogelio, oí, legó risa'.
Un abrazo fraternal de tu cuate,
Gilberto

viernes, octubre 26, 2007

Crónica (inevitablemente parcial) de un encuentro de escritores

Cuatro personas fueron asesinadas y no había guerra
No había guerra te lo juro por Dios
Y no se volvió el evento del año en el planeta
Como premio de consolación
La foto de los familiares de uno de los muertos
Llorando aterrorizados junto al cadáver
Se declaró la foto del año a nivel mundial
Xhevdet Bajraj, 'La foto del año', en El tamaño del dolor.

Rock, cervezas y poesía
El Nuevo Brasil es un pequeño bar atestado de bebedores de caguamas que no cesan de cantar las baladas roqueras del grupo que anima esa cálida noche de octubre. Los Abuelos de la Nada, Enanitos Verdes, Soda Estéreo y hasta El Tri en versiones que suenan mejor que las originales. En un vitral que da a la céntrica avenida Zaragoza, a unos pasos de la Macroplaza, sonríen las caricaturas de Cuauhtémoc Cárdenas, Joaquín Sabina, el sup Marcos y Santa Clos -quizá tienen algo en común. Allá, detrás de la barra, la fotografía decolorada del Che Guevara, que cumple cuarenta años de haber nacido al limbo de las mitologías. Comparto la mesa con dos poetas de ojos tristes, pero que esa noche fulguran con un brillo semejante al de la felicidad. Xhevdet Bajraj nos envuelve con el vapor de los cigarros que trajo del último viaje a Kosovo y Leticia Herrera se abandona a una euforia extática, nostálgica. En otra mesa, al fondo, el periodista Diego Enrique Osorno departe con otros escritores. Corpulento y barbado, Diego podría confundirse con alguno de los invitados eslavos al XII Encuentro Internacional de Escritores / La guerra y la paz en la literatura, organizado -eficientemente- por el Conarte. En uno de los descansos de la banda el opulento dueño del lugar anuncia al poeta Francisco Serrano, que brinca al frente con la energía y la estampa de un luchador enardecido para leer versos de su libro Bóreas y el sol.

El asesor y el maestro
Comparto el trayecto del aeropuerto al hotel con José María Pérez Gay. Afable, casi un anciano, como los que se encuentra uno en el parque para hablar con ellos del pasado. ¿Por qué lo conozco yo a usted?, me pregunta. Soy amigo de sus sobrinos Amaranta y José Mariano, le contesto. Pero no le confío que he escrito de López Obrador y su invención del mito del fraude y que por eso he perdido algunos amigos. Él sí menciona las agrias disputas en la mesa familiar por la misma razón: 'Usted sabe, yo fui asesor de López Obrador'. Lo sé muy bien, pienso, usted fue uno de los encandilados. Tampoco digo nada del artículo de Guillermo Sheridan en Letras Libres [septiembre] en el que éste ironiza en torno al hecho de que José María Pérez Gay copió párrafos de la Wikipedia alemana sobre la película La vida de los otros para elaborar su propio texto ['Sonata para un hombre bueno', La Jornada Semanal, 3 de junio]. ¿Por qué no le dije nada? Acaso porque tiene el cabello completamente blanco. Él dará la conferencia magistral sobre Ryszard Kapuscinski, a quien está dedicado el coloquio, y no me gustaría estropear su arribo a Monterrey.
Pérez Gay -condecorado en Alemania, Austria y Francia- habla de literatura polaca, de Witold Gombrowicz y su Ferdydurke, de Kapuscinski y su extensa obra periodística-literaria compuesta a lo ancho de todo el mundo. Habla también del periodista británico Robert Fisk -pero no de Anna Politkovskaya, la periodista rusa asesinada hace un año. ¿Por qué pronuncia amarico, sin acento, para referirse a la antigua lengua amárica, de origen semítico, que se habla en algunas regiones de Etiopía? No puedo evitar pensar mal: ¿acaso copió mal la cita? Un discurso correcto que sólo es enmendado al final en algunos pasajes por el elocuente y encendido ruso Mijail Malishev. Precisiones que más tarde ampliaría este académico en su exposición relacionadas con los campos de concentración en la desaparecida Unión Soviética, mencionados por Kapuscinski en El imperio [1993].
Malishev habla del archipiélago Gulag, el terrible infierno helado donde abrazaron la muerte más de 24 millones de soviéticos. Pero Malishev no habla de Solyenitsin, sino de Varlam Chalámov (1907-1982), confinado durante diecisiete años en el campo de concentración de Kolyma, en el extremo este de Siberia, por su trabajo en un diario moscovita. Ya antes, troskista impetuoso, había sido condenado a trabajos forzados por haber publicado el testamento de Lenin, una carta en la que el líder de la revolución rusa advertía de las ansias de Stalin por el poder. Chalámov es autor de los crudísimos Relatos de Kolyma, con una prosa que rechaza recursos estilísticos para embellecerla: 'Todo mi relato es un documento memorial, teñido de sufrimientos del alma y la sangre'. La pavorosa y extenuante vida en Kolyma, sigue Malishev, no permitía siquiera pensar en el suicidio como vía de escape. Hombres y mujeres eran poco menos que zombis, ya sin fuerzas para vivir ni voluntad para morir.
Al salir del campo, tras la muerte de Stalin, Chalámov buscó a Pasternak, a Solyenitsin y a otros escritores. Al Premio Nobel 1970 le dijo después de haber leído Un día en la vida de Iván Denísovich: 'Alexandr, usted describe una gata que supuestamente andaba por allí. Eso no es verdad, se la hubiesen comido...' Chalámov siguió viviendo con la angustia de un preso el resto de su vida en libertad hasta su muerte en un hospital psiquiátrico de Moscú.
Al final de la mesa ('El escritor: testigo y testimonio de su tiempo') hablé largamente con Malishev. No ha leído Koba el temible, de Martin Amis, pero tampoco se interesa gran cosa en él. En ese tema, creo, sus documentos y referencias deben ser de primera mano.
Ahí, en el Marco, se exhibe la magnífica exposición retrospectiva Julio Galán. Pensando en ti, y sería un crimen no verla.

¿Qué fue primero, la literatura o el periodismo?
Por la tarde continúan las lecturas en el Museo de Historia Mexicana. Se me ocurre que la Ilíada es uno de los primeros grandes reportajes de la historia. De 'Guerras imaginarias' hablan con suficiencia los mexicanos Silvia Eugenia Castillero, Alberto Chimal -narrador sorprendente-, José Jaime Ruiz y el argentino Gabriel Cosoy. Tajantes y filosos, los aforismos de Ruiz, director de la revista Postdata. Un tanto adormilado llego a nuestra mesa, que comparto con Diego Enrique Osorno y Ximena Peredo. Ella lee un cuento que me cuesta trabajo seguir; Diego, unos fragmentos de sus espléndidas crónicas sobre el conflicto que incendió durante varios meses la ciudad de Oaxaca, publicadas en el diario Milenio y reunidas en el libro Oaxaca sitiada, subtitulado, acaso un tanto exageradamente -como le diría después-, La primera insurrección del siglo XXI. A propósito de los cuarenta años de la ejecución del Che Guevara creo pertinente leer De Bolivia a Hollywood, reflexiones en torno a la imagen del Hombre Nuevo, texto que escribí para el catálogo de la exposición Revolution and Commerce, en la que se exhibió una gran parte de la iconografía derivada de la célebre imagen que Alberto Korda le tomó al guerrillero en sus años de gloria en Cuba, antes de emprender su inútil y turbulento viaje hacia el suicidio. La ronda se cierra sin la participación del público, pero días después aparece en la revista virtual Los Tubos un inflamado artículo de Xavier Araiza para desagraviar al guerrillero. Araiza no perdía oportunidad de expresarse a sus anchas al término de las mesas con una curiosa fraseología marxista, como la que emplea en su panegírico guevarista ['Zoon politikon, zoon kulturón', lostubos.com].
Las conversaciones en bares y restaurantes se extienden por horas. En una de ellas el poeta Gilberto Prado Galán demuestra su habilidad como palindromista: 'Anide musa su Medina', recita al saber el segundo apellido de Roberta Garza, directora del diario Milenio. A propósito de estos convites la editora de la revista Armas y Letras escribiría poco después en su blog:

'De lo que más hablamos fue de cerveza y de poesía, pero sobre todo de cerveza. Mientras Rogelio refería que la primera cerveza se había hecho en Monterrey y Xhevdet insistía en que a pesar de su ateísmo al beber un trago no podía evitar creer en la existencia de Dios, yo pensaba en lo increíble que era estar en un encuentro de escritores y no hablar de literatura, ni de teorías, ni disparar aforismos o versos o citas. Eludir la erudición por lo lúdico, por lo dionisiaco, y no obstante esto, tener presente en todo momento que se es escritor, editor, poeta. Mantener vigente la memoria en el instante fugaz del presente, donde Xhevdet relató indignado con su español balcánico que uno de los escritores le había preguntado: ¿Qué haces en la vida real? '¿Pero cómo me pregunta eso? Un escritor preguntándole a otro qué hace en la vida real. Como si escribir no fuese algo real. Puedo entender que un abogado, un ingeniero, un técnico me lo pregunte, ¿pero un escritor?' [...] '¿Qué hago en la vida real?, insistió Xhevdet, pues bebo'. Acto seguido, le dio un trago a su cerveza' [Jessica Nieto, 'Replicante replica', litera.wordpress.com].

Al Fórum: la franquicia más cara del mundo
No soporté ni quince minutos la elemental disertación para alumnos de secundaria de Lynn Margulis -primera esposa de Carl Sagan- sobre la teoría de Gaia: ya saben, la Tierra como un organismo gigantesco que se autorregula y etcétera. Los descomunales espacios de Cintermex lucen vacíos. No me explico. ¿Para qué desparramar en tres meses un conjunto de actividades culturales que pueden programarse tranquilamente en treinta días? En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara del año pasado se logró reunir en una semana a cuatro Premios Nobel. Me pregunto si es posible convertir de la noche a la mañana una violenta ciudad del tercer mundo en una civilizada, culta y tolerante con otras culturas y formas de vivir y pensar. Lo más seguro es que se sucedan muchas generaciones más antes de poder ver a los regiomontanos filosofar gravemente en la Macroágora. ¿Qué dirían en Barcelona si se enteraran de que al artista oaxaqueño Alejandro Santiago le negaban la entrada a su propia exposición 2051 migrantes por ser moreno y de baja estatura? ¿Habrán visto los turistas, los intelectuales extranjeros, en los noticiarios locales esos rostros femeninos molidos a golpes por sus maridos? ¡Uno de ellos fue puesto en libertad por tan sólo 15 mil pesos! Pero durante ochenta días Monterrey, así lo desean gobernantes y empresarios, será la capital mundial de la cultura, de las ideas, del conocimiento, de la diversidad y la tolerancia. Después, sencillamente, volverá a ser como antes.
Sí, es imponente el Parque Fundidora, y muy exitosa Isis y la serpiente emplumada, la exposición que hace convivir dos culturas separadas por tres mil años en el tiempo. Muy lindo el Paseo Santa Lucía y genuino el esparcimiento de los visitantes, pero los miles de turistas que se esperan se resisten a llegar. ¿Acaso vendrán más adelante a ver a Laurie Anderson o a los intelectuales convocados por Enrique Krauze? ¿No se confundirán los viajeros ante la profusa oferta de festivales en México? ¿Se decidirán por el festival de Tamaulipas o por el Cervantino? ¿Quizá por el homenaje nacional a Diego Rivera? ¿La feria del libro del Zócalo, la de Guadalajara? ¿Los festivales de cine de Morelia, de la Ciudad de Mexico? ¿No es verdad que es el nuestro un país muy, digamos, cultural?

El escritor puede escribir lo que quiera, pero el periodista no puede mentir
Coincidimos otra vez Diego Osorno y yo en la sesión del sábado por la mañana. Suben a la mesa Víctor Hugo Rascón Banda y el académico Pol Popovic, avecindado en Monterrey. Osorno vuelve a la carga con pasajes de su saga oaxaqueña, ese gran fresco que pinta con vivos colores a los actores de ese violento drama que aún está lejos de resolverse. En mi turno leo algo sobre la honestidad del periodista y su única obligación con la disciplina intelectual. Hablo de la posibilidad de que Kapuscinski haya espiado para el gobierno comunista polaco. Al final la traductora de sus textos al español, Ágata Orzeszek, me aborda en el pasillo para decirme con su acento castizo algo sobre los nefastos gemelos Jaroslaw y Lech Kaczynski. Ellos, primer ministro y presidente de Polonia, respectivamente, fervientes católicos nacionalistas y de derechas, han promulgado una ley por la cual se puede denostar y perseguir a los antiguos comunistas o colaboradores de la seguridad de ese régimen, aunque más bien es un pretexto legal para infamar a la oposición de izquierda. Entiendo que intenta decirme que no debe confundirse la investigación histórica y periodística con la calumnia. Kapuscinski ha sido uno de los denigrados por los aborrecibles gemelos. La miro, comprendo y agradezco su comentario.
A propósito de las crónicas de Cynthia Ramírez sobre los plantones del Paseo de la Reforma del año pasado ordenados por López Obrador y de la llamada Convención Nacional Democrática [Letras Libres, septiembre y octubre de 2006], citadas en mi ponencia, Rascón Banda entona su voz grave -dramaturgo, al fin- y acomoda en un convincente discurso frases que a) defienden la tesis del fraude (el fraude lo configuró la 'guerra sucia' de todos contra el inocente, prístino e indefenso candidato perredista), b) ensalzan su combativa amistad con Monsiváis (con quien se opuso a los megaplantones de Obrador), c) critican al neoliberal Vargas Llosa por haberse nacionalizado español (sólo por haber perdido las elecciones presidenciales en Perú), d) dejan ver su elevada estima al ponderar sus piezas teatrales como de gran éxito internacional (algo que no han logrado las nuevas generaciones de dramaturgos por no saber vincular lo local con lo universal, como hizo Rulfo), e) califican de derecha o de izquierda a periodistas y escritores según el medio en que hablen o publiquen (sin distingos entre la Televisa de Monsiváis y Poniatowska y el Reforma de Carmen Aristegui o las Letras Libres de Roger Bartra) y f), que finalmente, se ufanan de haber 'echado a patadas' a los consejeros del IFE (la autonomía no importa, sí el que no hayan reconocido el triunfo del candidato del pueblo). Palabras de un teatrero comprometido brechtianamente con... el pueblo.
El cubano Manuel García Verdecia interviene con vehemente elocuencia para dejar en claro que él como escritor no representa al pueblo de su país, sea éste castrista o no, sino apenas a sí mismo. Gabriel Contreras, periodista cultural, afirma que la cuestión del fraude es ya cosa del pasado. Quizá tenga razón, pero los que creen en él difícilmente abandonarán ese dogma de fe. Nunca podrá explicarse suficientemente cómo López Obrador logró engatusar a decenas de académicos, periodistas e intelectuales.
El siglo XX, como todos los que le antecedieron, fue el siglo de las guerras. Y el nuevo siglo aprendió muy pronto a renovar la sangrienta tradición. De 'Guerras frías / guerras calientes' hablan por la tarde más escritores. Seguramente con conocimiento de causa. Estoy cansado y salgo a caminar al barrio antiguo y me detengo cada tanto a leer las placas que cuentan de las viejas leyendas locales. En esta vieja ciudad, fundada por sefarditas hace 400 años, nacieron mis ancestros.
Por la noche Francisco Serrano, el luchador poeta, nos lleva al Garage, un antro underground en donde tocan los grupos Kurkova y Dendron y un tal Mario, cantante-guitarrista con una voz lamentable. Leo al día siguiente en una nota de Raúl Olvera Mijares que la conferencia magistral de Ágata Orzeszek ('Un par de botas o el sentido de la guerra') fue estupenda. Escribe Olvera:

'La celebridad alcanzada por esta memorable traductora debe animar a todos aquellos que desde la sombra, en sumisa y casi gratuita devoción, consagran sus horas al difícil arte de trasladar obras de literatura. [...] Ante un auditorio menos vacío que en la mañana, la amiga, discípula, traductora y ahora estudiosa de uno de los más grandes periodistas de nuestra época, autor de brevedades y obras poéticas, como las recogidas en esos volúmenes de difícil edición y venta, titulados Lapidarium, y como infatigable pensador que reflexionara sobre las ideas relativas al deber en el oficio periodístico, Ágata Orzeszek ofreció tan sólo una pequeña probada de lo que en enero, gracias a la UANL, vendrá a exponer en un seminario de una semana entera, en el marco de la cátedra Anagrama' ['Vida y obra de un periodista', Milenio, Monterrey, 8 de octubre].

La última noche Ágata toma el micrófono del grupo cubano que ameniza la cena y el baile de despedida para hablar en nombre de todos nosotros, agradecidos de veras por haber sido invitados a discutir y, sobre todo, a conocernos. Tomamos las últimas copas, improvisamos los últimos brindis y nos damos los últimos abrazos. 'Postdata: si puedes / Vuelve / vuelve otra vez', dice un poema de Leticia Herrera ['Sin remitente', Poemas incompletos].

Decadente periodismo cultural

No resistí la tentación de reproducir aquí estos comentarios de mi amigo el dramaturgo Enrique Olmos de Ita, publicados en su extraordinario blog purodrama.blogspot.com. No tienen desperdicio...

Del apestoso mundo literario y teatral atravesado por un decadente periodismo cultural
Recuento de los últimos –aunque no sorpresivos– atropellos a la razón que se cometen día a día en este submundo de la letra escrita, donde impera el egoísmo y gana la sordidez, el trato mezquino y los golpes por la espalda. Enumero:
Guillermo Sheridan en su blog de Letras Libres hace una exposición clara y honesta, además de que introduce fuentes precisas para demostrar el circo que montó la UNAM –experta en exageraciones, extrañas relaciones públicas e información a medias– con el reciente acervo que Carlos Fuentes donó a su alma mater. El novelista, también conocido en México como 'gringo viejo' regaló a la UNAM un 'importante acervo' de 300 libros.
Cuenta Sheridan: Fue curioso que nadie recordase que la verdadera donación del verdadero acervo de Fuentes sucedió hace muchos años, en 1995, y no a su alma mater sino a Princeton University. Y para el caso no fue donado, sino vendido en dólares en un negocio vigilado por la firma legal Brandt & Brandt, como se lee en la página de las bibliotecas de esa universidad. En esa página también se lee que 'los Carlos Fuentes Papers reúnen los archivos personales y de trabajo de Carlos Fuentes (1928-), escritor, editor y diplomático mexicano: cuadernos de notas, manuscritos de novelas y novelas breves, cuentos cortos, obras teatrales, guiones cinematográficos, escritos, discursos, entrevistas, traducciones, correspondencia, juvenilia, dibujos, documentos, fotografías, casettes de audio y video, papeles de otras personas, cuadernos de recortes y material impreso'. Vicente Quirarte, director de la Biblioteca Nacional, reconoció que los libros 'no tienen anotaciones ni dedicatorias'. Es muy común y probable que Fuentes hiciera una recopilación de aquellos libros que le obsequian cada día autores noveles, que le envían editoriales o que compra una tarde cualquiera en sus paseos por librerías norteamericanas. A mí me da igual lo que Fuentes haga con su acervo, lo peligroso es la falta de memoria histórica de la UNAM, la ceremonia en la que rector y novelista se ofrecieron loas y la pasividad de nuestros reporteros culturales. No investigan, no recuerdan, no se interesan en rebuscar.
Con la ceremonia de la UNAM y el cheque que recibió Fuentes en Princeton University, ironiza Sheridan. Lo curioso es que días después apareció Rascón Banda –ese escritor-político o viceversa– diciendo que todos los escritores deberían seguir el ejemplo de Fuentes. Tanta crítica a la globalización, semblante de izquierda y al final, con dinero baila el gringo.
Otra vez con información de Sheridan: José María Pérez Gay, un reseñista autodenominado de izquierda publicó en La Jornada (2007/06/03) –¿dónde más?– una nota sobre la película La vida de los otros, película alemana que ganó el Oscar como mejor película extranjera. Sheridan traduce fragmentos de la entrada Das Leben der Anderen de la wikipedia germana que el señor Pérez Gay tradujo, copió y pegó como propia. Le agregó unos adjetivos pero la información es casi la misma.
Sheridan propone que fuera el propio Pérez Gay quien escribió el artículo de la wikipedia en alemán, sin embargo, haciendo una somera exploración en la versión germana quien introdujo esa entrada no tiene una cuenta que pueda atribuírsele a Pérez Gay, además de que no fue uno, sino varios los autores que enriquecieron el texto.
A comienzos del mes pasado se celebraron 60 años de vida de Enrique Krauze. Las notas comenzaron a salir en prensa, se prodigaron elogios –como suele suceder– y sendos homenajes, editoriales que no pierden la oportunidad mediática y el jefe recibió, como era de esperarse, los juicios laudatorios de los suyos y el reconocimiento justo por su labor como historiador, articulista y promotor editorial. Sin embargo, en un alarde de servilismo El Ángel de Reforma le dedicó un número completo donde sobraron las glorificaciones y faltó crítica. Nunca como hasta ahora había visto a Domínguez Michael, González Rodríguez y Kleinburg tan enajenados con la figura del padre Krauze, un suplemento respetable convertido en bastión de un grupo que ya tiene revista y editorial. No es nuevo decir que Krauze es el heredero de Paz, ¿hacía falta confirmarlo de esta manera?
[Más, mucho más, en su blog...]

Una nota sobre mi librito

La escritora tijuanense Sidharta Ochoa publicó en el suplemento El Mexicano una reseña de mi libro El periodismo cultural en tiempos de la globalifobia, y también en su blog www.angelesidharta.blogspot.com. La reproduzco aquí -respetando su redacción, sus errorcillos y su peculiar ortografía- con un comentario mío al final, el cual le envié, pero ya no me contestó. Va:

Contracultura neurótica
Reseña de El periodismo cultural en la era de la globalifobia. Rogelio Villareal. Ediciones sin nombre CONACULTA, primera edición 2006.
Apareció el Domingo 6 de Octubre en el suplemento Identidades de El Mexicano.

El periodismo cultural en la era de la globalifobia de Rogelio Villareal es una colección de reflexiones. Muchas de éstas transparentes y apresuradas. A veces me parece estar frente a un libro cansadamente nihilista. ¿Cómo todo nihilismo- realmente- existente?
El libro está construido en una retórica que se extiende a la totalidad de texto, basada en conversaciones del autor con su amigo el editor de la revista Generación, Carlos Martínez. Juega con los absurdos del ser contracultural. La relevancia de donde se compran o no las producciones literarias, el reciclaje de figuras beatniks. Según este libro una preocupación extendida entre los llamados escritores contraculturales, es en dónde se venden las revistas literarias y de crítica. Si éstas se venden en Sanborn's o en un tianguis cultural la diferencia ética es tremenda. Vender es venderse. Y rebelarse también vende. El autor, encuentra paradojas similares en el discurso de izquierda y en el anti- transnacionalismo, en el amor al Che Guevara, en el germen de la cultura pop y la crítica estilo Saturday Night Live. Hay un nuevo muro con el que topa la ética de la 'izquierda' en la era de la creencia consumista – y descafeinada-. Izquierda y contracultura sólo son vecinas ideológicamente. Y su vecindad es problemática. Su vecindario contiene dos momentos de la Historia distintos que emiten discursos simultáneos.
Si contracultura es drogas and never ending party en donde abunda la queja y la saturación de ironía, gran parte de la doxa viviría en el perfecto estado de la contracultura. La contracultura o 'el desmadre de los estereotipos' es el cruce donde se pierden ciertos sentidos, teleologías. Ahí se carnavaliza. En este sentido contracultura tiene todo que ver con la fiesta. La contracultura produce significados contra un complejo de discursos, de imaginaciones dictadas por una tradición tejida en torno a centros políticos, frente a prácticas: la política literaria, la literatura política.
Hay párrafos donde parece hablar el discurso de la casta de los 'desclasados' de la República de las Letras.
Es extraño; en el relato que Rogelio Villareal hace del ambiente de los contraculturales, me asaltó una frase. El autor habla de sensatez, de crítica; pero describiendo el ambiente de los contras (contraculturales), enumera el alcohol, las drogas, las putas y las mujeres. Esta tradición de 'I have problems with my left side' ha sido rebasada solo por algunos cuantos.
La discusión con respecto al oficio del editor en el tiempo donde cada escritor se edita a si mismo en los blogs y fanzines, donde se publican revistas contraculturales o 'posmodernas' en masa, el editor es una especie en extinción. Hace una afirmación aún más osada: la edición ha generado obras leíbles, las ha vuelto grandes en algunos casos. El editor es el juez-Creador.
El periodismo cultural sería el oficio moderno del intelectual que no está en el ranking del Sistema Nacional de Investigadores.
Ejemplos de 'egos atorados' identificados por Rogelio son los escritores overated, cuyos textos pasaron por la mano del trabajo de editores y más claramente de la ideología del mercado editorial dominante, del culto a sus figuras: Octavio Paz, Gabriel García Márquez y el boom, incluso Jorge Volpi (o mejor léase Crack). La República de las Letras aparece en una vuelta del discurso de este libro como ser omnisciente, como cuerpo dictador. Aparece como el cuerpo que critica, como un doble del cuerpo de la globalifobia. Me recuerda a la reflexión de Johny Glavovksy sobre la neurosis contemporánea, 'Sustituyendo del significante Nombre del Padre por el brillo fálico del semblante Mercadeo, trasnacionales, globalización, quienes sostienen la gran neurosis contemporánea de los tiempos que nos tocan vivir'.[1] El psicoanalista (o aquel que escribe, que goza con la palabra) devino neurótico, centro del análisis donde el Nombre del Padre es igual a la República de las Letras.

Ahora mi comentario:
Hola, Sidharta, gracias por ocuparte de mi librito... Ya Heriberto me había mandado una versión anterior, y le comenté lo mismo que te digo ahora: no acabo de entender bien a bien el sentido de algunos de tus comentarios, quizá porque en general me parece que hay problemas de ortografía y redacción (Villarreal es con doble erre; hay un como con acento cuando no debe llevarlo, y más casos así, además de frases mal construidas). Perdona que te lo diga, no es por mamón, sino porque una redacción confusa y descuidada impide comprender el verdadero sentido de la crítica.
Qué significa esto, por ejemplo? 'El libro está construido en una retórica que se extiende a la totalidad de texto...' Esta otra frase es casi incomprensible: 'Es extraño; en el relato que Rogelio Villareal hace del ambiente de los contraculturales, me asaltó una frase. El autor habla de sensatez, de crítica; pero describiendo el ambiente de los contras (contraculturales), enumera el alcohol, las drogas, las putas y las mujeres. Esta tradición de 'I have problems with my left side' ha sido rebasada solo por algunos cuantos.' So what? Al parecer, se te escapó la ironía que intenté al comparar a los contraculturales con la conducta cotidiana de millones de padres de familia.
En otra parte de tu blog, por ejemplo, dices que te arrepientes de haber votado por P. Mercado por las razones -válidas- que da Obrador. Pero no comentas nada acerca de este personaje primitivo de la política mexicana, como si fuera un ejemplo de honestidad y transparencia. Lo menciono porque siempre trato de ser riguroso con lo que escribo, así sea en un blog, y no dejar nada a la ambigüedad o a la tergiversación.
Como te dije, no me lo tomes a mal, me gusta discutir y espero tu respuesta, y de veras agradezco tu lectura de mi librito...
Saludos
Rogelio

Los panistas

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Verdaderos ladrones, mochos y mentirosos, además de darse vida de príncipes con el erario público. Exacto, como los priistas, de quienes aprendieron y perfeccionaron todas sus mañas. Ahora el gober santurrón de Jalisco quiere imponer el costo de las nuevas placas de automóviles a 1,200 pesos, lo que ha provocado intensas y numerosas jornadas de protesta de los jalisquillos. Quizá esa medida arbitraria e impopular pueda echarse abajo, a ver...

jueves, octubre 25, 2007

Metapolítica 55

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Nuevo formato, nuevo diseño. Muy recomendable si desean leer más otros puntos de vista, además de los de Nexos y Letras Libres.
Por cierto, hace un par de noches, en DF, adonde fui fugazmente y casi de incógnito, hubo una mesa redonda [véase abajo el cartel del Encuentro de Revistas Literarias, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura] en la que editores y directores de diferentes revistas hablaron a 15 personas de sus respectivos proyectos. La presentadora ofreció un speach correcto y enterado, David Miklos habló sobriamente sobre el Cuaderno Salmón, pero, ay, los editores, o lo que sea, de El Perro y La Coyotera, caramba, se lucieron hablando maravillas de sus engendros literarios, de la extraordinaria importancia de sus publicaciones para la nación entera, y de lo divertidas e ingeniosas que son sus bacanales, a las que por supuesto solamente asisten los privilegiados cofrades... Bueno, a decir verdad, el que más se lució fue el de La Coyotera, pesumiendo que ha habido veces en que ha repartido gratuitamente hasta 300 fotocopias de su cuadernillos!!! De veras sentí pena por el buen Miklos, no se merecía tan ingratas compañías...
Ayer me regresé a Guanatos mucho antes de la segunda y tercera mesas, Revistas electrónicas y Revistas de los estados. Quién sabe qué fumó mi cuate Epigmenio León, organizador del Encuentro, que le dio por poner a La Tempestad y a Replicante como revistas editadas o publicadas en Nuevo León... siendo que la primera se hace íntegramente en la Ciudad de México, y la otra se edita en Guadalajara con la ayuda de diseñadores de Los Ángeles, DF y la misma capital tapatía. Ah, chamaco... Por Luvina estaría el ensayista José Israel Carranza, por la Tempestad Nicolás Cabral y por Replicante mi primazo Héctor Villarreal. En cuanto me mande noticias las postearemos inmediatamente. Ah, también están anunciados el oaxaqueño Julio Ramírez, de Cantera Verde (la revista más importante del mundo, según él) y el morelense Miguel Ángel Muñoz, de la Tinta Seca, argh.
Para hoy jueves se anuncian Blanco Móvil, dirigida por el judío maravilloso Eduardo Mosches, aunque en su representación estará Felipe Vázquez; Alforja, presentada por José Ángel Leyva; Generación, por Carlos Martínez Rentería, si se aparece, y la desconocida El Puro Cuento, dirigida por el guatemalteco Carlos López, de quien sólo puedo decir que es un tipo ansioso de reconocimiento y falsamente humilde. En mi próximo libro Sensacional de contracultura hablo brevemente de él a propósito de su avaricioso papel como impresor de La Pus moderna.
La programación del Encuentro parece un tanto arbitraria y desordenada, no se sabe bien a bien cuál es el criterio para acomodar editores tan disímiles en la misma sesión y por qué unas mesas tienen nombre y otras no. En fin...
Luego subo unas fotos.
Ah, se me pasaba... Mi amigote el torreonense Daniel Herrera me recomendó entusiasmado la lectura de las tres crónicas de Santiago Roncagliolo, Fabrizio Mejía Madrid y Antonio Ungar en el número de octubre de Gatopardo, todas ellas sobre el encuentro de escritores de hasta 39 años que tuvo lugar hace unas semanas en Bogotá. Puta, de hasta 39? Leyéndolos más bien parecen de hasta 19. Pinche Daniel, no mames... [Je je, ya me escribió Daniel lo sguiente: 'Pinchi Roger: Avísame cuando me critiques en público para leerte antes y responderte de volada. Apenas hoy tuve chance de revisar tu blog. Quiero decir algo: no dije por teléfono que el texto de Gatopardo fuera maravilloso, ni siquiera estaba emocionado cuando lo mencioné. De hecho el único texto que me gustó realmente fue el de Rocangliolo (sic), los otros me parecieron insípidos. Lo que me entusiasma fue la idea de hacer un encuentro que no sea dirigido a escritores sino a estudiantes. Pero bueno, parece que esa es la única manera de que te acuerdas de mí en tu blog: pa´cagotearme.] El blog de mi buen compa Daniel Herrera es puratolvanera.blogspot.com.
Va el escueto reporte de Héctor Villarreal sobre el mencionado Encuentro de Revistas Literarias:
'Las representaciones de Luvina y La Tempestad, de todo mi respeto. Los textos que publica La Tempestad son solicitados con características y temas determinados a los autores. Luvina hizo patente su independencia en el criterio editorial, al punto de rechazar textos enviados desde la Rectoría. Hubo una lectura que fue un manifiesto de la APPO y no la presentación de una revista. Y un editor al que ya te referiste, irrespetuoso por sus aspavientos durante las presentaciones de los otros, de notorio afán protagónico, se jactó de nunca haber pagado una sola colaboración, porque, palabras más o menos, le hace un favor a escritores y diseñadores, pues en su currículum pueden presumir que fueron publicados en tan importante y prestigiada revista. Puedo asegurar que la presentación de la Replicante fue sobria. Con énfasis en lo que quiere decir una línea editorial que se proclama abierta y horizontal, y que apuesta por la lectura.'

domingo, octubre 21, 2007

Otro encuentro revistero

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Por Replicante, mi primazo Héctor Villarreal.

Víctor Roura siempre tiene la razón

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Después de dos intentos fallidos, Óscar Enrique Ornelas me entrevistó para la sección cultural de El Financiero, pero con lo apurado que andaba mi buen amigo se le pasaron varios errores y malentendidos que quise enmendar, enviando una carta a Víctor Roura, coordinador de esa sección. Roura simplemente creyó que con hacer una aclaración era suficiente, y decidió no publicar mi carta -ah, pero siempre se da tiempo y espacio para insertar recuadritos que aclaran ciertos puntos a su conveniencia. Como ya ha pasado en varias ocasiones. Sin embargo, el camarada y poeta Roura se sigue pensando como el periodista más imparcial y ético que hay en el mundillo cultural. En fin, va la carta inédita.

Estimado Víctor
Agradezco el espacio que me concedieron en las páginas culturales de El Financiero con motivo de la aparición de mi libro El periodismo cultural en tiempos de la globalifobia, editado no solamente por Conaculta, sino también por Ediciones Sin Nombre / colección La Centena, dirigida por José María Espinasa, en la que han aparecido firmas como las de Roger Bartra, Jorge Juanes, Christopher Domínguez y Alejandro Toledo, entre muchas otras. ¿Cómo no me va a complacer figurar entre ellas?
Lo que me mueve a escribirte, Víctor, son tres cuestiones que tienen que ver con la edición y el periodismo cultural, materia de mi libro, como se lee en la entrevista, y no precisamente con el hecho de que 'Todo se resuelve con internet', como dice alegremente el encabezado, dando a entender que se hablará en ella -muy tijereteada, por desgracia: yo no hablo como telegrafista- de tecnologías digitales y no de periodismo cultural. En relación con este tema, es obvio que internet sí resuelve muchos problemas de índole editorial y eso es lo que me interesaba destacar.
Otra cuestión muy importante y que debe aclarase públicamente es el lamentable error de transcripción de Óscar Enrique Ornelas al referirse al reciente número de Letras Libres (septiembre), en el que Guillermo Sheridan desenmascaró el engaño vil de José María Pérez Gay fusilándose unos párrafos de la Wikipedia alemana para pergeñar su propia nota sobre la película La vida de los otros. Se trata, y así se lo dije, de José María, no de Rafael Pérez Gay.
La última cuestión tiene que ver con el affaire de Trino y su salida de las páginas culturales de El Financiero hace ya muchos años. Desconocía el hecho de que este caricaturista publicara el mismo trabajo en dos diarios y no recuerdo que lo hayas mencionado en aquella nota tuya en la que te lamentabas de que se había escapado por 'el dinero, el maldito dinero'. Así lo escribiste... Y, de todos modos, el duplicar el trabajo en dos diarios diferentes no lo volvía un monero deshonesto, simplemente uno que trataba de allegarse más recursos, dado lo mal que acostumbran pagar casi todos los medios.
El periodismo cultural tiene muchos vericuetos, lo mismo que la edición. Tú y yo hemos sido periodistas y editores durante mucho tiempo y sabemos de las incontables vicisitudes por las que se atraviesa en esos oficios, y nadie está exento de cometer errores, muchos de ellos graves. Pero todos tienen remedio, afortunadamente, si se sabe reconocerlos y, desde luego, subsanarlos, aun cuando vaya el propio ego de por medio. ¿Publicarás esta carta?
Recibe un abrazo sincero,
Rogelio Villarreal

Desde luego, el prístino Víctor no publicó esta carta. Hace unos días mi amigo Francisco Arvizu Hugues, musicólogo y ensayista, colaborador de Replicante, me escribió las siguientes líneas a propósito de Roura, el campeón del periodismo cultural (ah, porque eso de que yo le dije a Ornelas que considero a Roura el mejor periodista y crítico cultural, y no uno de los críticos más consistentes de las políticas culturales del Estado, que fue lo que realmente declaré, es de su cosecha, o a lo mejor el propio Roura lo añadió, je je...). Va la carta de F.A.H.:

Roger, ¿cómo pudo haberla regado este gordo Ornelas? Si era Chema, el monaguillo del PEJEndejo, no Rafael, idénticos apelativos. Claro, el caciquillo yucateco y elfo de Víctor Roura ni chistar.
Esa es una práctica de siempre. Cuando estuve en El Financiero, 1989-1992, tuve varios problemillas así, de poner de su cosecha a notas mías. Un descaro horrible. Por supuesto, el más puro e impoluto como calzón de Gloria Trevi es él.
Lo de la lana, ni se diga, esquilmó a Trino por unos años y lo de su marranada, que hizo pública, hacia Trino, el Rey Chiquito en La Jornada, no tuvo madre. A mí me consta, porque en varias ocasiones le mandé la tira de Trino, era por fax y salían de la chingada. Trino me la encargaba y yo se la enviaba a esta gente allá en la capital de las garnachas. Lo hacía mandar por fax, incluso, el recibo de honorarios vacío, luego llegaba por correo y no sé cómo chingadas le pagaban. Un mezquino de la chingada, ese pinche Roura. Muy 'izquierda', muy con la gente, la perrada, pero tanto él como Carlos Ramírez, quien también se la daba de no ser periodista a la antigua, hicieron chingadera y media en El Financiero.
Una vez protestaron reporteros por las pinches compus de pantalla verde Melate, condiciones para la vista horribles, y Carlos Ramírez los mandó con una óptica para que se pusieran lentes mamilas, baratones, puros anteojos del Corn-Flakes. Nunca, seguros laborales o cosa por el estilo.
Este cuate se portó muy mal conmigo allí en la segunda estadía que tuve en El Financiero, 1997-1998, le saqué de varias broncas, exclusivas con Vargas Llosa, ni siquiera el taxi me pagaron, para lucirse con su plana, pero nada de lana por los trabajos extra ni una promoción acá en la oficina de Guadalajara.
Un abrazo, Francisco.